Si ahora mismo me preguntaran quién es el mejor cocinero del
mundo, lo pasaría mal escogiendo entre las mujeres de mi familia. Esto, siendo
un gran cumplido para todas, es también un buen ejemplo de la concepción del
género femenino que se tiene desde hace miles de años –literalmente, desde que
surgió la raza humana. Sin comerlo ni beberlo, las mujeres fueron arrinconadas en un mundo de “kinder,
küche, kirche” en el que sin duda han destacado positivamente en el ámbito
familiar; pero es cuando la gastronomía toma una nueva dimensión que la mujer, “jugando
en casa”, se encuentra de repente “sentada en el banquillo”. Dada mi más
sincera ignorancia en el mundo de la cocina, me lancé a descubrir todo lo que
pudiera sobre el mundo de la gastronomía a escala global, y el lugar que como
mujeres ocupamos en él. Para empezar, me sorprendió descubrir que en las listas
de los 10 mejores chefs del mundo no se encuentra ni una identidad femenina, de
forma que la única manera que tenemos de ocupar los altos puestos es,
irónicamente, estableciendo un ranquin propio. Fuera de estas selecciones, los
premios más reconocidos en el mundo culinario son las conocidas “estrellas
Michelín”. Esta clasificación de restaurantes nació en la década de 1920, pero
no fue hasta 1933 cuando una mujer por fin fue galardonada con la máxima
puntuación (tres estrellas). Ella fue Eugénie Brazier, también conocida como “la
mère Brazier”. Nacida en Lyon, desarrolló su carrera gastronómica en esa zona,
siempre ofreciendo una carta basada en los platos de la tierra al más puro
estilo y sabor francés. La clave de su éxito fue sin duda la constancia y la
disciplina, características que aún recuerda su mejor alumno: el gran chef Paul
Bocuse, creador de la “nouvelle cuisine”. En cuanto a la actualidad, tengo que
admitir que sí considero que se han dado avances; avances que han hecho posible
que algunas chefs femeninas puedan brillar detrás y delante de los fogones (y
de las cámaras). Hoy por hoy, la número uno del mundo es la catalana Carme
Ruscalleda, la única mujer del mundo en poseer siete estrellas Michelín.
Rodeada de apoyo masculino y triunfadora donde las haya, no tiene ningún problema
en afirmar que el reconocimiento repentino y carrera en sprint hacia el éxito que
han recibido muchos hombres en el mundo de la gastronomía, está muy lejos de poder
producirse con mujeres – por la triste concepción que aún existe. Otra estrella
femenina del panorama mundial es la francesa Anne-Sophie Pic, la chef más joven
en conseguir 3 estrellas Michelín. Con sólo 36 años, su formación inmejorable y
su feminidad se ven plasmadas, según dicen, en cada plato que hace. Al igual
que Ruscalleda, realiza una crítica feminista al referirse al trabajo que se lleva
a cabo detrás de los fogones; lugar donde dice, sin duda, hay muchas más
mujeres de las que se reconocen.
Eugénie Brazier
Carme Ruscalleda
Anne-Sophie Pic
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