domingo, 10 de abril de 2016

Política

Actualmente existe, en el mundo, un fifty-fifty  de hombre y mujeres. Siguiendo esta regla de tres, obtenemos que hay, aproximadamente, 3700 millones de mujeres sobre la faz de la tierra. Si nos pusiéramos reivindicativos, esto significaría que la mitad de la representación política a nivel global debería ser de género femenino, pero la realidad es que las cifras ni se aproximan a tal porcentaje. En el último análisis de 2015, el porcentaje de representación femenina en los parlamentos se había duplicado desde 1995, lo cual significa que, aunque vamos por un camino favorable a la igualdad de género, aún quedan muchos kilómetros por recorrer. En dicha fecha, tan sólo 11 mujeres eran jefas de Estado, y 10 jefas de Gobierno. La primera mujer en ocupar el cargo de presidenta de Gobierno fue Sirimavo Bandaranaike, dirigente del partido de la Libertad en Sri Lanka, en 1960; entró en el mundo de la política un año antes de esa fecha, cuando su marido – el entonces primer ministro – falleció, y se mantuvo en la presidencia dos legislaturas más. En otros países, la evolución de las mujeres en el mundo de la política ha requerido mucha más paciencia. EEUU dio un gran paso hacia la justicia democrática hace unos años con su primer presidente negro, y próximamente podría volver a hacer historia si una de las mejores figuras de la carrera hacia la presidencia, Hillary Clinton, ganara las elecciones – convirtiéndose en la primera presidenta de los Estados Unidos de América. En el caso de España, a día de hoy el presidente del Gobierno es un hombre, y también ha sido siempre así. En cuanto a las presidencias autonómicas, la primera mujer en ocupar tal cargo fue la socialista María Antonia Martínez García, en la Región de Murcia. En el Gobierno actual, cuatro mujeres ocupan puestos de tal categoría: Cristina Cifuentes (Comunidad de Madrid), Susana Díaz (Junta de Andalucía), Francina Armengol (Islas Baleares) y Uxue Barkos (Comunidad Foral de Navarra). Afortunadamente, grandes organizaciones a nivel global son perfectamente conscientes de la desigualdad de género existente en la representación política y democrática, y cada  vez más realizan campañas y acciones que incitan a la participación ciudadana (de mujeres y hombres) en esta lucha esencial. La ONU, por su parte, establece cuatro prácticas fundamentales para asegurar la victoria frente al machismo político: asegurar que las elecciones tanto locales como nacionales sean imparciales y de libre acceso para las mujeres, apoyar a las organizaciones de la sociedad civil de mujeres a fin de promover los intereses de la mujer, fomentar en las instituciones públicas la rendición de cuentas en cuanto a la vigencia de los derechos de la mujer y apoyar a las mujeres líderes políticos a fin de ampliar su influencia.


Sirimavo Bandaranaike
 
Hillary Clinton
 
Cristina Cifuentes
 



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